Ir al contenido principal

Rutinas

Hace tiempo creí que solo me pasaba a mí, soy lo que vulgarmente se llama un culo inquieto; necesito cambiar de rutina, básicamente, para echar de menos la anterior.
Ahora creo que se llama "alienación", vamos que me siento como Alien en la Nostromo. Se ve que alguien, alguna vez se ha puesto en su lugar y realmente... Mala sombra el pobre bicho y encima, de entre todos los humanos encontrarse con Ripley. Bueno, pues parece ser que esto de la alienación es muy humano. Ha llegado el momento en que, cada vez con más frecuencia, sueño despierta con poder volver a mi primera rutina, desenredando el hilo, veo que es la que andaba buscando, la que más me conviene. Y ahora, si no fuera por que mi madre es pequeña y a su edad no es recomendable cargar, no dudaría en volver a chuparme el dedo todo el día sin preocuparme si me deformo el paladar, y dormir flotando con mi perfecta cara de imbécil, alucinando con cada primer sonido en un limbo perpetuo, sin explicaciones. Quiero bucear sin gafas ni snorkel, sin equipación. Eso si son vacaciones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tinta

Hay a quien aterra la hoja en blanco... Negra como el ala de un cuervo... Negra es la incertidumbre, espesa y negra la tinta de esa ingente maraña que se arremolina y vuela errante entre las curvas alteradas de mi cerebro confundiendo mi cordura. Letras de noche, bestial y demente la pesadilla que fluye incontenible con aquello que no se puede sujetar. Mudas y sucias historias informes desbordan a borbotones el hueco infinito; pluma oscura que no consigue cerrar los pesados parpados del día. La amable locura se agolpa ingenua. Sin duda, lo conocido, el espectro del insondable océano de monstruos, es lo que debo aprender a ahuyentar. Sí, quizá entonces yo también tema la hoja en blanco, será ese el día en que vuelen ligeras mis pesadas extremidades cargadas de espesa tinta. Habrá llegado el ligero día con rumor de sábanas blancas que, lentas, se deslicen y arropen las limpias líneas cursivas que pueda temer no hallar.

Todo parecido con la ficción es pura coincidencia

Si escucharas a la bestia... No entiendo de qué me estás hablando, no sé si aún arrastras frases con sentido o sólo reverberan tus palabras rebotando asustadas en las elásticas paredes de mi cuarto. Algo sobre el miedo y la imposibilidad de mantener en calma mi mente, de poderla guardar en un lugar seguro y conocido. Algo de eso entiendo, sí, de verdad lo entiendo, aunque en este momento sólo puedo fijar mi atención en el lugar donde siento, el lugar llamado Tus dedos. De verdad, intento seguir el hilo de tu pensamiento, permanecer aquí y no distraerme. Puede que me hables a mí o quizá sean excusas y, no sé si me importa pero, también siento que me voy una y otra vez distraída tras tu huella, esa pluma grabada de líneas curvas que se cruzan me encontró hace tiempo. Tu índice relajado alrededor de mi ombligo peina a contrapelo, rozando apenas (sé que con fingido descuido) mi piel. Tienes que saber que ha sido él quien ha hecho que se dispare mi pulso y ahora me arrastra a un l