Hay algo que pelea por salir. A ratos me arrastra, y si me abandono, me eleva.
Mi piel se estira hasta lo imposible por contenerlo.
Busca mi impaciencia, la puerta de mis deseos para salir y amarme; tumbarme de anhelo, robarme el oxígeno y envolver mi cerebro.
Duerme un rato, descansa, desaparece. No es el momento de atravesar la espesa bruma.
Siento el frío y la humedad como cuchillos de hielo hundiéndose despacio en mi piel, rasgando con furia mi carne, y distingo cada uno de los cristales de sal ahogando las visiones de lo perfecto.
No me confundes, y no seré yo quién ahora me traicione. Vete, persigue lo posible en cuerpos impacientes.
Es desasosiego, es cobardía; más, es terror. No lo niego.
Sólo puedo decir que no. Aún no puedo, más que apenas, esbozar la tibia oscilación de tu aliento.
Mi piel se estira hasta lo imposible por contenerlo.
Busca mi impaciencia, la puerta de mis deseos para salir y amarme; tumbarme de anhelo, robarme el oxígeno y envolver mi cerebro.
Duerme un rato, descansa, desaparece. No es el momento de atravesar la espesa bruma.
Siento el frío y la humedad como cuchillos de hielo hundiéndose despacio en mi piel, rasgando con furia mi carne, y distingo cada uno de los cristales de sal ahogando las visiones de lo perfecto.
No me confundes, y no seré yo quién ahora me traicione. Vete, persigue lo posible en cuerpos impacientes.
Es desasosiego, es cobardía; más, es terror. No lo niego.
Sólo puedo decir que no. Aún no puedo, más que apenas, esbozar la tibia oscilación de tu aliento.
Tú también deberías buscar un hueco en tu densos días para escribir, soltar lastre. Escribir cosas tan bonitas como este texto, tan exorcizante, exorzi...esorci... :D
ResponderEliminarAlgunos demonios son imposibles de exorci... exort... ¡eso!
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