Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2013

Hoy ya es ayer

Hoy, casi treinta años después de conocerte, veinte años y cuarenta y seis días después de jurarte y no cumplir, de ser la más infame cobarde... Hoy, por encargo, te recuerdo. Hace ya un mes y quince días que enterré tu memoria junto al tocón de un árbol muerto y me picaron las hormigas; y ahora, atropellada, un jueves cualquiera de noviembre, hago un ejercicio por ver si te amo. No es que haya vuelto a las andadas, no te asustes, sólo quiero ejercitar los dedos. Y sí, recordando tu pelo, mis manos quieren perderse. Y, maldita sea, si imagino tu sonrisa, aún hoy, de día y de pronto, oscurece. Y me vuelvo vértigo, y tropiezo. Espera, tengo que parar para tomar aliento, para seguir recordando y que no desaparezca la pantalla tras el humo, ese humo tan antiguo y que sólo está en mis ojos. Pero he progresado mucho en estos últimos días, no creas . Me voy decorando la vida, y si consigo no extraviarme, creo que en poco tiempo te contaría que está preciosa. He amueblado el sal

Hay una sombra

Hay una sombra. Una larga sombra que por fin he conseguido vencer. Negra o gris, dependiendo del día... Acostumbraba a agarrarme del pie, me hacía tropezar muchas veces, incluso podía llegar a hacerme caer y rozarme las rodillas. Peleaba, pobrecilla, por la rabia de saberse perdedora; estaba bien jodida luchando conmigo y eso no podía olvidarlo. Hace poco la tumbé, ¡Zas! Ese día me había cabreado de lo lindo. Paciente, la había dejado estar; le daba un poco de cancha a veces, pero aquél día fue demasiado... Se puso delante de mi, como lanzada por un sol que ha decidido guardarse rápido por el horizonte; larga, altiva y desafiante. Llegó por detrás y como cazadora furtiva me emboscó, para cortarme el paso. Fue todo muy rápido. Quedé inmóvil y no dio lugar a salida alguna, por que lo oscureció todo; apagó el camino, cerro mis parpados, y paralizó mi nervio óptico hasta lo más profundo, incluso el sonido quedó extinguido, dejando solo de fondo tambores que hacían temblar el