Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2013

Algunos muertos viven en paradero conocido

Recuerdo una vez que no fui a Nueva York. No fui con él. No fui entonces y después, nunca se sabe. Cuando no fui a Nueva York, yo era "importante" en una empresa internacional de la gran telaraña y estaba llena de entusiasmo. Era parecida a como soy hoy (sólo la mitad de parecida) y "pertenecía": formaba parte de "El equipo de lanzamiento". Entonces yo parecía muy inocente, aunque no tanto como para creerlo muy en serio. Era simpática e imprescindible como un pegamento transparente de secado rápido, tan imprescindible como la tapa del piano que puede caerte en cualquier momento mientras practicas. Nunca se sabe. Todo era emocionante entonces, casi onírico, una esclavitud perfecta y planetaria tras ganar un poker llamado proceso de selección. Era una esclava que movía el aire por los pasillos y eso creo que sí lo sabía. No tenía nada que perder. Nada era tan poco, que temía perderlo todo. Yo tenía aquello en aquel momento y aquello era todo. Parec

Sueño un spray

Yo y tú (yo primero, ¿has visto?). Tú, como última opción: un desecho cósmico (¿ves?¡Cósmico!). Yo, soñé que te pulverizaba. Una fantástica máquina invisible te dejaba reducido a polvo. "Polvo eres..." en el último momento me arrepentí y no hice un mal chiste... Tú como un spray perfecto de ti... Perfecto: sin olor, sin color, puro carbono, sin huella, polvo en suspensión, absolutamente suspendido. Tu mejor versión. Y yo moviendo mis ojos cerrados muy deprisa, en esa fase del sueño de todo lo posible, te pulverizaba en un acto poético e incruento (mis pestañas eran preciosas, postizas y negras como el ala de un cuervo (raven, no crow). Cierzo y Tramontana acudieron soplando; te llevaron lejos, tan lejos... Llegaste muy rápido, tan rápido a orbitar... En la misma órbita (lo siento) de la basura cósmica. ...Y mis sueños, sueños son. Son míos (pero te los dejo). Fin.